
Pocos conductores tienen conciencia de que del estado de las cubiertas depende en buena parte la respuesta de la dirección y el frenado del vehículo. Este es solo uno de los muchos ejemplos de cómo influyen los neumáticos en la seguridad vial. Los neumáticos son el único punto de contacto del coche con el camino y de ahí que su influencia sobre la conducción sea decisiva.

La mayoría de los conductores piensan que las prestaciones son más importantes que los neumáticos en el terreno de la seguridad, lo que ni se plantean es que las ofertas de neumaticos influyen en el confort, la seguridad y la eficiencia de su vehículo ya que del buen estado de las cubiertas dependen en buena parte la precisión de la dirección, la estabilidad en la conducción, el ruido, la tracción sobre mojado y el consumo de combustible.
Es más, comparando un coche viejo equipado con neumáticos premium y uno nuevo que monte cubiertas «low cost», las pruebas demuestran que por muchos años que tenga el vehículo que «calza» neumáticos de calidad siempre tendrá una respuesta en ruta más precisa y, de hecho, la disminución de ruidos y vibraciones es tan notable que pareciera que el auto rejuveneció varios años. Conclusión: los modernos programas electrónicos no pueden compensar las deficiencias de unos neumáticos de baja calidad no como los neumaticos michelin.
Neumáticos nuevos correctamente calibrados es la mejor garantía de tener un viaje largo sin sobresaltos. Pocos conductores se percatan de la importancia de tener las presiones correctas en ambos ejes del auto.
Neumáticos que hayan superado los 3 años de colocados cambian su comportamiento porque el caucho y los aportes químicos que se le hacen a la hora de construirlo se van degradando por el calor y el paso del tiempo. Hay que tener en cuenta que en ruta una cubierta puede llegar a los 100 grados de temperatura durante todas las horas que dure el viaje.
Eso hace que su composición química vaya variando con el tiempo y literalmente se “endurezca” o lo que es peor, en el caso de los de mala calidad, se vayan desgranando. No calibrar las ruedas de acuerdo con el uso es otro de los factores más destacados en los accidentes. Por lo general se tratan casos de vehículos con muchos pasajeros o sobrecargados ocasionalmente y en esas condiciones la cubierta sufre flexiones y sobrecargas, incluso infladas a la presión recomendada.
Lo mismo en el caso de conductores que sobreinflan las ruedas “para consumir menos” sin percatarse de que en esas condiciones las distancias de frenado se alargan y se acorta la vida de los elementos de suspensión.